Mi profundo sentido de la libertad me ha llevado a involucrarme en actividades profesionales como la política -soy diputada socialista- y el teatro -directora y actriz- con el fin de defender los derechos y las libertades de los ciudadanos. Desarrollar un teatro crítico que haga pensar, y una actividad parlamentaria, como la del pasado 14 de febrero que defendí -en la Asamblea de Madrid- el derecho de las mujeres ha interrumpir su embarazo.
Nuestro grupo parlamentario apoya la actuación del Gobierno socialista que tiene dos objetivos claros: defensa del cumplimiento da la actual Ley del Aborto y la protección del los derechos de las mujeres y de la seguridad jurídica de los profesionales. Queremos promover la reflexión y el debate social y político sobre cómo está funcionando la vigente Ley y sobre la posibilidad de modificar la misma. Para ello queremos lograr el mayor consenso social y político con el fin de ampliar los derechos individuales de las mujeres y protegerlas en su dignidad y en su libre albedrío de decidir sobre su maternidad, dentro de los límites que marque la Ley en un Estado de Derecho y Democrático como el nuestro.
También nos gustaría una regularización de la objeción de conciencia para evitar tantos casos de hipocresía médica como se están dando.
Algunos médicos se niegan a practicar abortos en la Sanidad Pública pero no tienen ningún empacho en practicarlos en clínicas privadas donde cobran sustanciosas cantidades. Un registro de objetores pondría en evidencia la doble moral.
La Conferencia Episcopal está muy combativa contra este tema, pero me gustaría verle defender, con el mismo ardor, la lucha contra la pederastia y no permitir barbaridades como la del Obispo de Tenerife que dijo, textualmente:
“Puede haber menores que consientan los abusos, hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo; incluso, si te descuidas, te provocan”. Vergonzoso. Estos son los valedores electorales de la derecha española.
Las mujeres seguiremos luchando por nuestra libertad, porque una mujer libre y respetada en su dignidad, es una ciudadana que contribuye mejor al bienestar, al progreso y a la paz de su comunidad.
Pilar M. Lezcano Pastor
Diputada PSM en la Asamblea de Madrid
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