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jueves, 26 de mayo de 2011

LA MILITANCIA TIENE LA PALABRA

Estos días asistimos atónitos a las declaraciones de los dirigentes del Partido Socialista sobre la mejor forma de afrontar el varapalo electoral que los ciudadanos nos han infligido el 22 de mayo. Nadie se pregunta, sin embargo, qué piensa la militancia sobre lo ocurrido.
Los dirigentes políticos llaman a la “reflexión”, pero descartan el proceso lógico que conduce a iniciar esa “reflexión” en la misma base de nuestra organización política, en la militancia, para, seguidamente, trasladar las conclusiones, las emociones y los sentimientos hasta las direcciones del PSOE, federal y regionales.
Hay que escuchar el “sentir” de la organización, que se vertebra a través de Agrupaciones locales, de ciudadanos y ciudadanas, militantes y simpatizantes, hombres y mujeres, mayores y jóvenes, que han padecido con tristeza esta catástrofe electoral, y que han sido los protagonistas, en el pasado y en el presente, del cambio de España durante los últimos años, dirigido principalmente desde Gobiernos sustentados por el Partido Socialista.
Ciudadanos y ciudadanas socialistas que desean un #Futuro Socialista, y que piden cambios, nuevas ideas y creatividad, desde los principios y valores de igualdad, libertad y responsabilidad que inspiran a nuestra organización, y que no entienden que el progreso del Partido y de la sociedad madrileña sea secuestrado por los intereses espurios de un Partido de Cuadros profesionalizado, preocupados por permanecer en el poder, que no atiende a la militancia, ni oye a la sociedad.
Necesitamos un Partido de Ciudadanos y un Partido de Militantes y Simpatizantes. Un Partido que haga guiños de complicidad permanentes a la Sociedad, que dialogue con los ciudadanos, que explique y convenza. Y en esta tarea vital nuestros militantes y simpatizantes son la fuerza de la comunicación de nuestros sentimientos y de nuestras políticas.
El sábado 28, el Comité Federal del PSOE, y el 5 de junio, el Comité Regional del PSM, tienen que recoger la voz de la militancia y de los ciudadanos, asumir las responsabilidades y producir los cambios que necesita nuestro Partido.
El inmovilismo, el “aquí está todo controlado”, deslegitiman ante los ciudadanos y la militancia las decisiones de los dirigentes orgánicos que no preguntan a su militancia. Al fin y al cabo, los dirigentes orgánicos son delegados del poder de representación que les otorgan los militantes.
Es hora de cambios, también en el funcionamiento del Partido. La militancia tiene derecho a expresar en las Asambleas de las Agrupaciones Locales sus puntos de vista sobre las causas de la derrota en Madrid, para que sus delegados en el Comité Regional comuniquen a la Ejecutiva la exigencia de cambios y responsabilidades políticas. De abajo hacia arriba, el militante como alma, corazón y motor de este Partido Socialista. La militancia tiene la palabra. Y los cambios profundos se hacen en los #Congresos.

miércoles, 25 de mayo de 2011

"Unidad de los socialistas, sí, silencio ante la derrota, no"


La verdad es que ha sorprendido mucho el análisis de la Comisión Ejecutiva Regional del PSM sobre los resultados electorales. Cabe incluso afirmar que ha decepcionado el silencio de la Ejecutiva, la ausencia de voces reclamando explicaciones, responsabilidades y cambios para la recuperación de la credibilidad, y la confianza futura de nuestro electorado. Cabe lamentar la ausencia de autocrítica y de un análisis tranquilo de esta derrota histórica del PSM. También es triste el silencio de toda la Ejecutiva, que se ha apuntado al slogan “todos somos responsables”.
Los ciudadanos están muy decepcionados con el PSOE, es cierto. La crisis económica ha golpeado con dureza a la ciudadanía. Pero hay que ser responsables, y tener bien presente que esta elección ha sido, autonómica y municipal.


La militancia del PSM tiene derecho a que Tomás Gómez, responsable directo y principal del fracaso electoral, explique las causas de la histórica derrota en Madrid, una de las más abultadas de toda España. Tomás Gómez no debe perder la capacidad autocrítica, no puede guardar silencio, tiene que realizar un análisis honesto de estos resultados, y los miembros de la ejecutiva regional, que representan a la mayoría del Partido, han debido exigir públicamente, de manera responsable y sosegada, estas explicaciones. La militancia quiere respuestas.
No se puede hurtar el debate a la militancia del PSM. El mensaje que han transmitido los ciudadanos a través de las urnas es claro. La hegemonía de la derecha en Madrid ha llegado a su cima.


La militancia está convocada a un Comité Regional el día 5 de junio. Las Agrupaciones Socialistas deberían celebrar, antes del Comité Regional, sus Asambleas, para que los delegados que acuden al máximo órgano de representación entre Congresos, transmitan el sentir y la preocupación de la militancia.


Como decíamos en el Manifiesto hay que evitar la reedición de viejos enfrentamientos estériles, pero este objetivo loable no puede funcionar como coartada para la autocomplacencia, el inmovilismo, el “aquí no ha pasado nada” o el “lo tenemos todo controlado”. Cuanta más unidad mejor, pero una unidad basada en el análisis serio de la derrota, la autocrítica honesta, la responsabilidad debida y el compromiso con los cambios. De la mano del resto del PSOE, claro, pero sin dejar que otros hagan nuestro trabajo. En un Congreso, y cuanto antes.

martes, 24 de mayo de 2011

PSM-PSOE: MÁS QUE REFLEXIÓN, HACE FALTA UN CONGRESO

Madrid, 23 de Mayo, 2011

Los socialistas madrileños hemos obtenido el peor resultado electoral de la historia democrática. El 22 de mayo se ha saldado con un fracaso sin paliativos para nuestra organización. El PSOE pierde la gran mayoría de los gobiernos municipales que conservaba, y la representación en la cámara autonómica se rebaja en lo cuantitativo (con menos diputados), y en lo cualitativo (porque compartirá oposición con otras fuerzas en ascenso). La hegemonía de la derecha en Madrid llega a su cima. Y no cabe el consuelo triste de la comparación con los resultados de otras federaciones socialistas: el PSM obtiene el peor resultado del PSOE a excepción de Murcia, Cantabria, Navarra y las comunidades insulares.

En consecuencia, la situación crítica del socialismo madrileño requiere de algo más que una “reflexión” en el seno de los órganos regionales que han dirigido al PSM hasta esta derrota histórica.

La situación merece un análisis en profundidad, la autocrítica necesaria, la responsabilidad correspondiente, y los cambios inevitables. En el año 2007 también se produjo una derrota importante, con menos gravedad que la presente, y la propia dirección del Partido dio un paso atrás y facilitó el inicio de un nuevo ciclo en la organización. El desastre del 22-M, desde luego, no merece una respuesta menor.

Por tanto, la celebración de un Congreso del PSM a corto plazo es una exigencia inevitable.

Un primer análisis de los resultados en Madrid debe encuadrarse en la debacle general del socialismo en España. Las causas reconocidas por el secretario general del PSOE en Ferraz durante la noche electoral también deben aplicarse a nuestra comunidad.

Ahora bien, junto a las claves nacionales existen unas claves regionales y locales que nos corresponde identificar y corregir a los socialistas madrileños. No todas las causas y no todas las responsabilidades de este fracaso pueden achacarse a la crisis y al castigo al PSOE en el Gobierno de España. Hay también una explicación estrictamente madrileña por dilucidar.

En relación a la asunción de responsabilidades, en estos primeros momentos cabe esperar los frutos de la “reflexión” de nuestros dirigentes. No obstante, si tal “reflexión” no ofreciera unas consecuencias satisfactorias para la militancia socialista en Madrid no cabe duda de que se abrirá un proceso de exigencia agrupación por agrupación, afiliado a afiliado.

Tiempo habrá igualmente para concretar el sentido de los cambios drásticos que necesita nuestra organización a fin de recobrar la confianza ciudadana y gobernar Madrid. Los cinco siguientes son un adelanto razonable:

1. El PSM debe ser el Partido de los ciudadanos y de los militantes. El PSM debe recuperar la complicidad y la representación de los intereses de la mayoría de ciudadanos que comparten valores progresistas y que últimamente contemplan a nuestro partido como algo ajeno, incluso adverso.

2. El PSM debe ser un Partido más coherente. El PSM ha de articular un discurso y una alternativa más pegada al terreno, sin tantas formulaciones filosóficas como hasta ahora, y con una mejor traslación de los valores de siempre a las propuestas concretas, sector a sector, y territorio a territorio.

3. El PSM debe ser un Partido más transparente. El PSM debe mantener un nivel de exigencia ética a la altura de su historia y de sus valores, estableciendo una diferenciación clara respecto a la derecha. Sin excepciones. No puede contar en su organización ni en su estructura institucional pública con personas condenadas por la comisión de cualquier delito.

4. El PSM debe ser un Partido integrador y participativo. Tiene que revisar a fondo su estructura y su funcionamiento, para hacerlo más abierto y transparente, más cercano a las nuevas formas de participación política que ensayan jóvenes y adultos en las Social Media y en nuestras plazas y calles. El PSM es una organización plural y rica en ideas y en capacidad de esfuerzo colectivo. En el camino que se abre no sobrará ningún brazo, por lo que se requiere un mayor compromiso del mostrado hasta ahora para contar con todos. Entre todos será mejor y más fácil.

5. El PSM debe ser un Partido referente del impulso de regeneración democrática que reclaman los ciudadanos. El PSM debe impulsar el aumento de la participación de la militancia en la elección de nuestros cargos orgánicos, la reforma del sistema de elecciones primarias para ampliar la participación de militantes y simpatizantes, procurando que se extienda a todas las organizaciones políticas, y actuar para alcanzar un compromiso sobre la limitación de los mandatos de los cargos públicos.

Nada está perdido, no hay que bajar los brazos. Eso sí, hay que evitar la reedición de viejos enfrentamientos estériles, pero este objetivo loable no puede funcionar como coartada para la autocomplacencia, el inmovilismo, el “aquí no ha pasado nada” o el “lo tenemos todo controlado”. Cuanta más unidad mejor, pero una unidad basada en el análisis serio de la derrota, la autocrítica honesta, la responsabilidad debida y el compromiso con los cambios. De la mano del resto del PSOE, claro, pero sin dejar que otros hagan nuestro trabajo. En un Congreso, y cuanto antes.

jueves, 5 de mayo de 2011

MERCADO Y ESCUELA PÚBLICA

Crítica a la propuesta electoral de Esperanza Aguirre sobre la educación publica madrileña

El prestigioso sociólogo británico Anthony Guiddens propone en un reciente trabajo que los sistemas educativos fomenten la elección de los padres y la competencia entre escuelas. La prestación del servicio público de educación se somete a las reglas del libre mercado. Dicen estas reglas que si los padres pueden elegir la escuela de sus hijos los fondos públicos, naturalmente, han de seguir a esa elección. Entonces las escuelas competirán por la captación de los clientes, que son nuestros hijos, y ganarán las mejores, mientras que perderán las peores. De esta manera, habrá poderosos incentivos para subir la calidad de la educación impartida en las escuelas, se mejorará la relación de los padres con la administración educativa en términos de calidad del servicio, y el sistema educativo ganará en innovación y eficiencia.

La extrapolación de estas ideas al sistema educativo madrileño es un colosal disparate. El trasunto de la misma es la implantación del cheque-escolar, con la mirada puesta en el desmantelamiento del servicio público de educación, que necesita un gran impulso público para cumplir su misión de garantizar la libertad y la igualdad de hombres y mujeres, y de competir en calidad con el resto de los formatos educativos presentes en la región.

Los colegios públicos son excelentes, cuentan con los mejores profesionales, pero hay que corregir algunos problemas para que compitan todavía mejor con sus rivales, que son los colegios concertados y los colegios privados. En otras palabras, la competencia en el “mercado de la educación” no sería real: tendríamos a unos agentes, los colegios públicos, que no contarían con las mismas armas que sus competidores: ¡Menuda competencia! Además, la prestación del servicio público de educación a través de los principios de elección y libre competencia puede ser injusta, pues, pensemos con seriedad: ¿quién elegirá y quién será elegido? Veamos estas ideas con algún detalle tomando el ejemplo de la Comunidad de Madrid, donde las políticas de educación del gobierno regional asfixian a la educación pública madrileña.

En efecto, se ha roto el equilibrio entre los tres formatos de enseñanza: la escuela pública, la concertada y la privada. Las causas de la pérdida de equilibrio hay que buscarlas en la falta de políticas para incrementar la competitividad de la escuela pública, y en la ausencia de equidad que contagia a todo el sistema educativo. Vayamos por partes. La escuela pública no puede ser más competitiva si se aplican políticas regresivas respecto al gasto educativo y a las inversiones. No aburriré con números y tantos por cientos, pues basta mirar el Presupuesto de la Comunidad para apreciar el comportamiento tacaño del Gobierno en el gasto público por alumno. Hay un claro déficit de plazas escolares y tenemos que aumentar las infraestructuras públicas. Podemos preguntar sobre esto, principalmente, a los padres que desean llevar a sus hijos a una escuela infantil, que se encuentran con el cartel “está completo” ¡Y cómo están a veces algunos centros públicos!: o los cuidamos o se nos caen, entiéndase la exageración en sus justos términos. Y que decir del malestar del profesorado, y de las plantillas, y de la imperiosa necesidad de promover el reconocimiento profesional de quienes realizan una de las tareas más nobles en nuestra región: contribuir a la educación de los niños.

Los problemas de la educación madrileña sobre rendimiento académico y coste de la educación afectan a la equidad del sistema. La educación que recibe un niño debe ser independiente de la renta de sus padres y de su clase social. Sin embargo, el mapa regional del fracaso escolar perjudica a las zonas este y sur, y principalmente a los centros públicos. La enseñanza tiene un elevado coste para las familias, no es completamente gratuita, ni tan siquiera la pública. La integración del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo es deficiente, hay segregación, y son los centros públicos los que mayoritariamente acogen a este alumnado. Es comprensible que algunos padres salgan corriendo de la red pública y lleven a sus hijos a los centros concertados. El PSOE siempre mantuvo una cooperación leal con la enseñanza privada concertada: ¡la inventó! Y los colegios concertados reciben dinero público. Por ello la enseñanza privada concertada tiene que asumir su responsabilidad con la sociedad y con todos los niños, especialmente si necesitan apoyo educativo. Además es necesario garantizar los principios fundamentales de tolerancia y pluralismo ideológico (art. 1 CE) de los conciertos educativos, también por razón de su financiación pública. Esto exige controlar que no aparezcan posiciones dominantes ideológicas en los conciertos, y a proceder a su apertura ideológica si aparecen.

Y al final… ¿quién elige a quién? La prestación del servicio público de educación a través de la elección y la libre competencia plantea otras objeciones serias. Así, si hay escuelas muy demandadas por los padres son ellas las que eligen, y no los padres, pues establecen mecanismos de selección. La consecuencia inmediata es la segregación o la polarización: las escuelas más “populares” elegirán a los alumnos más capaces o, presumiblemente, a los que vienen de familias con más recursos económicos.

Estoy convencido de que nuestros hijos son el recurso estratégico más importante de este siglo. Una política de educación que apueste decididamente por la calidad, la equidad y la competitividad de la Escuela Pública es la máxima garantía y expresión del principio de igualdad de oportunidades, del bienestar social, del crecimiento económico y del desarrollo de la libertad. Tenemos un patrimonio público e histórico en educación que debemos cuidar y potenciar como una exigencia de responsabilidad con las generaciones futuras. No les fallemos.


Cesar Giner Parreño
Profesor Titular. Universidad Carlos III de Madrid
Diputado PSM en la Asamblea de Madrid