Madrid, 23 de Mayo, 2011
Los socialistas madrileños hemos obtenido el peor resultado electoral de la historia democrática. El 22 de mayo se ha saldado con un fracaso sin paliativos para nuestra organización. El PSOE pierde la gran mayoría de los gobiernos municipales que conservaba, y la representación en la cámara autonómica se rebaja en lo cuantitativo (con menos diputados), y en lo cualitativo (porque compartirá oposición con otras fuerzas en ascenso). La hegemonía de la derecha en Madrid llega a su cima. Y no cabe el consuelo triste de la comparación con los resultados de otras federaciones socialistas: el PSM obtiene el peor resultado del PSOE a excepción de Murcia, Cantabria, Navarra y las comunidades insulares.
En consecuencia, la situación crítica del socialismo madrileño requiere de algo más que una “reflexión” en el seno de los órganos regionales que han dirigido al PSM hasta esta derrota histórica.
La situación merece un análisis en profundidad, la autocrítica necesaria, la responsabilidad correspondiente, y los cambios inevitables. En el año 2007 también se produjo una derrota importante, con menos gravedad que la presente, y la propia dirección del Partido dio un paso atrás y facilitó el inicio de un nuevo ciclo en la organización. El desastre del 22-M, desde luego, no merece una respuesta menor.
Por tanto, la celebración de un Congreso del PSM a corto plazo es una exigencia inevitable.
Un primer análisis de los resultados en Madrid debe encuadrarse en la debacle general del socialismo en España. Las causas reconocidas por el secretario general del PSOE en Ferraz durante la noche electoral también deben aplicarse a nuestra comunidad.
Ahora bien, junto a las claves nacionales existen unas claves regionales y locales que nos corresponde identificar y corregir a los socialistas madrileños. No todas las causas y no todas las responsabilidades de este fracaso pueden achacarse a la crisis y al castigo al PSOE en el Gobierno de España. Hay también una explicación estrictamente madrileña por dilucidar.
En relación a la asunción de responsabilidades, en estos primeros momentos cabe esperar los frutos de la “reflexión” de nuestros dirigentes. No obstante, si tal “reflexión” no ofreciera unas consecuencias satisfactorias para la militancia socialista en Madrid no cabe duda de que se abrirá un proceso de exigencia agrupación por agrupación, afiliado a afiliado.
Tiempo habrá igualmente para concretar el sentido de los cambios drásticos que necesita nuestra organización a fin de recobrar la confianza ciudadana y gobernar Madrid. Los cinco siguientes son un adelanto razonable:
1. El PSM debe ser el Partido de los ciudadanos y de los militantes. El PSM debe recuperar la complicidad y la representación de los intereses de la mayoría de ciudadanos que comparten valores progresistas y que últimamente contemplan a nuestro partido como algo ajeno, incluso adverso.
2. El PSM debe ser un Partido más coherente. El PSM ha de articular un discurso y una alternativa más pegada al terreno, sin tantas formulaciones filosóficas como hasta ahora, y con una mejor traslación de los valores de siempre a las propuestas concretas, sector a sector, y territorio a territorio.
3. El PSM debe ser un Partido más transparente. El PSM debe mantener un nivel de exigencia ética a la altura de su historia y de sus valores, estableciendo una diferenciación clara respecto a la derecha. Sin excepciones. No puede contar en su organización ni en su estructura institucional pública con personas condenadas por la comisión de cualquier delito.
4. El PSM debe ser un Partido integrador y participativo. Tiene que revisar a fondo su estructura y su funcionamiento, para hacerlo más abierto y transparente, más cercano a las nuevas formas de participación política que ensayan jóvenes y adultos en las Social Media y en nuestras plazas y calles. El PSM es una organización plural y rica en ideas y en capacidad de esfuerzo colectivo. En el camino que se abre no sobrará ningún brazo, por lo que se requiere un mayor compromiso del mostrado hasta ahora para contar con todos. Entre todos será mejor y más fácil.
5. El PSM debe ser un Partido referente del impulso de regeneración democrática que reclaman los ciudadanos. El PSM debe impulsar el aumento de la participación de la militancia en la elección de nuestros cargos orgánicos, la reforma del sistema de elecciones primarias para ampliar la participación de militantes y simpatizantes, procurando que se extienda a todas las organizaciones políticas, y actuar para alcanzar un compromiso sobre la limitación de los mandatos de los cargos públicos.
Nada está perdido, no hay que bajar los brazos. Eso sí, hay que evitar la reedición de viejos enfrentamientos estériles, pero este objetivo loable no puede funcionar como coartada para la autocomplacencia, el inmovilismo, el “aquí no ha pasado nada” o el “lo tenemos todo controlado”. Cuanta más unidad mejor, pero una unidad basada en el análisis serio de la derrota, la autocrítica honesta, la responsabilidad debida y el compromiso con los cambios. De la mano del resto del PSOE, claro, pero sin dejar que otros hagan nuestro trabajo. En un Congreso, y cuanto antes.
Los socialistas madrileños hemos obtenido el peor resultado electoral de la historia democrática. El 22 de mayo se ha saldado con un fracaso sin paliativos para nuestra organización. El PSOE pierde la gran mayoría de los gobiernos municipales que conservaba, y la representación en la cámara autonómica se rebaja en lo cuantitativo (con menos diputados), y en lo cualitativo (porque compartirá oposición con otras fuerzas en ascenso). La hegemonía de la derecha en Madrid llega a su cima. Y no cabe el consuelo triste de la comparación con los resultados de otras federaciones socialistas: el PSM obtiene el peor resultado del PSOE a excepción de Murcia, Cantabria, Navarra y las comunidades insulares.
En consecuencia, la situación crítica del socialismo madrileño requiere de algo más que una “reflexión” en el seno de los órganos regionales que han dirigido al PSM hasta esta derrota histórica.
La situación merece un análisis en profundidad, la autocrítica necesaria, la responsabilidad correspondiente, y los cambios inevitables. En el año 2007 también se produjo una derrota importante, con menos gravedad que la presente, y la propia dirección del Partido dio un paso atrás y facilitó el inicio de un nuevo ciclo en la organización. El desastre del 22-M, desde luego, no merece una respuesta menor.
Por tanto, la celebración de un Congreso del PSM a corto plazo es una exigencia inevitable.
Un primer análisis de los resultados en Madrid debe encuadrarse en la debacle general del socialismo en España. Las causas reconocidas por el secretario general del PSOE en Ferraz durante la noche electoral también deben aplicarse a nuestra comunidad.
Ahora bien, junto a las claves nacionales existen unas claves regionales y locales que nos corresponde identificar y corregir a los socialistas madrileños. No todas las causas y no todas las responsabilidades de este fracaso pueden achacarse a la crisis y al castigo al PSOE en el Gobierno de España. Hay también una explicación estrictamente madrileña por dilucidar.
En relación a la asunción de responsabilidades, en estos primeros momentos cabe esperar los frutos de la “reflexión” de nuestros dirigentes. No obstante, si tal “reflexión” no ofreciera unas consecuencias satisfactorias para la militancia socialista en Madrid no cabe duda de que se abrirá un proceso de exigencia agrupación por agrupación, afiliado a afiliado.
Tiempo habrá igualmente para concretar el sentido de los cambios drásticos que necesita nuestra organización a fin de recobrar la confianza ciudadana y gobernar Madrid. Los cinco siguientes son un adelanto razonable:
1. El PSM debe ser el Partido de los ciudadanos y de los militantes. El PSM debe recuperar la complicidad y la representación de los intereses de la mayoría de ciudadanos que comparten valores progresistas y que últimamente contemplan a nuestro partido como algo ajeno, incluso adverso.
2. El PSM debe ser un Partido más coherente. El PSM ha de articular un discurso y una alternativa más pegada al terreno, sin tantas formulaciones filosóficas como hasta ahora, y con una mejor traslación de los valores de siempre a las propuestas concretas, sector a sector, y territorio a territorio.
3. El PSM debe ser un Partido más transparente. El PSM debe mantener un nivel de exigencia ética a la altura de su historia y de sus valores, estableciendo una diferenciación clara respecto a la derecha. Sin excepciones. No puede contar en su organización ni en su estructura institucional pública con personas condenadas por la comisión de cualquier delito.
4. El PSM debe ser un Partido integrador y participativo. Tiene que revisar a fondo su estructura y su funcionamiento, para hacerlo más abierto y transparente, más cercano a las nuevas formas de participación política que ensayan jóvenes y adultos en las Social Media y en nuestras plazas y calles. El PSM es una organización plural y rica en ideas y en capacidad de esfuerzo colectivo. En el camino que se abre no sobrará ningún brazo, por lo que se requiere un mayor compromiso del mostrado hasta ahora para contar con todos. Entre todos será mejor y más fácil.
5. El PSM debe ser un Partido referente del impulso de regeneración democrática que reclaman los ciudadanos. El PSM debe impulsar el aumento de la participación de la militancia en la elección de nuestros cargos orgánicos, la reforma del sistema de elecciones primarias para ampliar la participación de militantes y simpatizantes, procurando que se extienda a todas las organizaciones políticas, y actuar para alcanzar un compromiso sobre la limitación de los mandatos de los cargos públicos.
Nada está perdido, no hay que bajar los brazos. Eso sí, hay que evitar la reedición de viejos enfrentamientos estériles, pero este objetivo loable no puede funcionar como coartada para la autocomplacencia, el inmovilismo, el “aquí no ha pasado nada” o el “lo tenemos todo controlado”. Cuanta más unidad mejor, pero una unidad basada en el análisis serio de la derrota, la autocrítica honesta, la responsabilidad debida y el compromiso con los cambios. De la mano del resto del PSOE, claro, pero sin dejar que otros hagan nuestro trabajo. En un Congreso, y cuanto antes.
1 comentario:
Lo malo es que mientras os decidís por un Congreso o unas Primarias o una renovación del partido o lo que cojones sea, Bildu está en las instituciones democráticas y hay 5 millones de españoles en paro debido a una crisis mundial que en España ZP no ha sabido gestionar como otros países europeos que sí la han sabido gestionar y que desde luego nunca han llegado a nuestras cotas.
O os dedicáis más al país, en vez de perder el timepo de los espñaoles discutiendo sobre el sexo de los ángeles o este país llegará a la situación de Grecia y Portugal y desde luego será solo la culpa del PSOE que desaparecerá de la faz de la tierra…. lo cual no sería una mala noticia en absoluto!
Una militante del PP a la que lo único que le importa es España… y que de hecho no ha votado por el PP en estas elecciones!!!
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