Un año todavía para las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2011. Mucho tiempo para trabajar con calma, sosiego y prudencia sobre el proyecto que los socialistas madrileños vamos a presentar para ganar la confianza de una mayoría social de izquierdas que existe en Madrid. Un año para poner sobre papel y lanzar al aire los mensajes y propuestas que constituyan y reflejen la opinión íntima de esa mayoría social. Decía FICHTE que el secreto de toda política es declarar lo que es, recoger con creatividad aquello que ya se encuentra en la conciencia de la ciudadanía.
Las encuestas que se publican son valiosas herramientas de trabajo para las organizaciones políticas. Nos muestran el clima social y político en la fecha de su realización; enseñan las preocupaciones fundamentales de los ciudadanos. Las encuestas apuntan tendencias, pero no certifican resultados electorales. Ayudan, junto a muchos otros instrumentos, a perfilar los programas, a declarar lo que es. Insistamos, pues, en el valor instrumental de las encuestas.
Últimamente, se habla mucho de las encuestas publicadas y no publicadas. No me voy a referir a estas últimas, pues las desconozco. No han visto la luz. Algunos dicen que reflejan la pérdida de mayoría absoluta del PP en la Comunidad de Madrid. Nos exigen, para dar crédito a su contenido, un acto de fe. En mi caso, como Santo Tomás, necesito introducir mis dedos en la llaga del Cristo para creer en la resurrección.
Por su parte, las encuestas publicadas nos invitan a un calmado optimismo. El PP de Madrid pierde peso político, y su retroceso electoral lo coloca cerca de la pérdida de la mayoría absoluta, que todavía mantiene. La Presidenta regional es la política mejor valorada de la región. Una breve digresión. Me asombra la intuición de la Sra. Aguirre. No quiere la mimética reproducción de aquí a mayo de 2011 del “No a la Guerra de Irak”. Un día apoya cínicamente la recuperación de la Memoria de las Víctimas de la dictadura asesina franquista. Al tiempo que, al día siguiente, niega la financiación necesaria para ese noble y digno fin. La recuperación de la Memoria y la dignificación de las víctimas están mucho más allá del oportunismo político. Se trata de un compromiso con la Historia de España, con las víctimas y con sus familiares.
Cierto es que el PP retrocede en Madrid, según las encuestas publicadas. No es menos cierto que el PSM en ningún caso capitaliza el desgaste electoral de la derecha madrileña. Nos quedamos con el mal resultado de 2007, o incluso peor, y el secretario general de los socialistas madrileños, Tomas Gómez, es el dirigente regional peor valorado, además de ser suspendido por los propios votantes socialistas. Esto es lo que dicen las encuestas publicadas.
Decía al principio que queda un año, mucho tiempo, para construir un proyecto político en colaboración y con la complicidad de la mayoría social de izquierda de la región. Nos están esperando con propuestas los sindicatos, las plataformas progresistas, las organizaciones ciudadanas, los profesionales de la educación y de la sanidad pública, los ciudadanos y ciudadanas que sienten la necesidad de apoyar a los más débiles a través de políticas públicas. Junto a ellos, con su complicidad, es posible romper la mayoría absoluta del PP y crecer aglutinando a la izquierda regional.
Los socialistas madrileños tenemos que presentar esas ideas que se encuentran en la conciencia de una mayoría social progresista en la región. Pero también importa, y mucho, nuestras actitudes. Tenemos que trabajar desde la unidad de todos los socialistas madrileños, con una estrecha colaboración con la dirección federal del PSOE, y cooperando intensamente con el Gobierno de España.
El Partido Popular de Madrid ha institucionalizado en la vida política madrileña la bronca, la descalificación, el insulto, la corrupción y el espionaje. La Sra. Aguirre y el Sr. Gallardón han sido protagonistas inequívocos de su peculiar “Guerra de los Rose”, y es posible que terminen sus días colgados sobre una lámpara que se precipita al abismo provocando su muerte política instantánea. De no menor calado son los “sainetes” cómicos y dramáticos que la Sr. Aguirre ha provocado en confrontación con el Presidente Nacional del PP, el Sr. Rajoy.
Los socialistas no somos así. Tenemos mucho trabajo que hacer para sacar a España de la crisis económica y generar empleo de calidad. El esfuerzo por llegar a la ciudadanía madrileña para compartir ideas y propuestas ha de ser ímprobo. No podemos perder ni un solo minuto en confrontaciones estériles, que desencantan a nuestra gente, a nuestros votantes.
La generosidad es una cualidad de los socialistas madrileños. En su momento, elegiremos las mejores candidaturas que nos permitan obtener un buen resultado en las elecciones autonómicas y municipales. Entretanto, hay que seguir trabajando con la ambición de llegar a nuestra gente, sin confundirla en los mensajes, desde la unidad, con sosiego.
Leonardo de Vinci dijo aquello de “dove si grida non è vera scienza”, donde se grita no hay verdadero conocimiento. Un par de relativamente malas encuestas, la impaciencia por no verse elegido como candidato, o la mayor o menor empatía con los compañeros de Partido, no deben provocar reacciones políticas en el marco de los órganos de dirección del Partido que dañen a la organización en su conjunto. Los socialistas siempre estamos abiertos a las discusiones públicas sobre las ideas. Cuando el debate trasciende los aspectos ideológicos entramos en el terreno del aullido, del grito, del empobrecimiento del debate político. Que reine la cordura, volvamos al debate, estemos con la ciudadanía.
Las encuestas que se publican son valiosas herramientas de trabajo para las organizaciones políticas. Nos muestran el clima social y político en la fecha de su realización; enseñan las preocupaciones fundamentales de los ciudadanos. Las encuestas apuntan tendencias, pero no certifican resultados electorales. Ayudan, junto a muchos otros instrumentos, a perfilar los programas, a declarar lo que es. Insistamos, pues, en el valor instrumental de las encuestas.
Últimamente, se habla mucho de las encuestas publicadas y no publicadas. No me voy a referir a estas últimas, pues las desconozco. No han visto la luz. Algunos dicen que reflejan la pérdida de mayoría absoluta del PP en la Comunidad de Madrid. Nos exigen, para dar crédito a su contenido, un acto de fe. En mi caso, como Santo Tomás, necesito introducir mis dedos en la llaga del Cristo para creer en la resurrección.
Por su parte, las encuestas publicadas nos invitan a un calmado optimismo. El PP de Madrid pierde peso político, y su retroceso electoral lo coloca cerca de la pérdida de la mayoría absoluta, que todavía mantiene. La Presidenta regional es la política mejor valorada de la región. Una breve digresión. Me asombra la intuición de la Sra. Aguirre. No quiere la mimética reproducción de aquí a mayo de 2011 del “No a la Guerra de Irak”. Un día apoya cínicamente la recuperación de la Memoria de las Víctimas de la dictadura asesina franquista. Al tiempo que, al día siguiente, niega la financiación necesaria para ese noble y digno fin. La recuperación de la Memoria y la dignificación de las víctimas están mucho más allá del oportunismo político. Se trata de un compromiso con la Historia de España, con las víctimas y con sus familiares.
Cierto es que el PP retrocede en Madrid, según las encuestas publicadas. No es menos cierto que el PSM en ningún caso capitaliza el desgaste electoral de la derecha madrileña. Nos quedamos con el mal resultado de 2007, o incluso peor, y el secretario general de los socialistas madrileños, Tomas Gómez, es el dirigente regional peor valorado, además de ser suspendido por los propios votantes socialistas. Esto es lo que dicen las encuestas publicadas.
Decía al principio que queda un año, mucho tiempo, para construir un proyecto político en colaboración y con la complicidad de la mayoría social de izquierda de la región. Nos están esperando con propuestas los sindicatos, las plataformas progresistas, las organizaciones ciudadanas, los profesionales de la educación y de la sanidad pública, los ciudadanos y ciudadanas que sienten la necesidad de apoyar a los más débiles a través de políticas públicas. Junto a ellos, con su complicidad, es posible romper la mayoría absoluta del PP y crecer aglutinando a la izquierda regional.
Los socialistas madrileños tenemos que presentar esas ideas que se encuentran en la conciencia de una mayoría social progresista en la región. Pero también importa, y mucho, nuestras actitudes. Tenemos que trabajar desde la unidad de todos los socialistas madrileños, con una estrecha colaboración con la dirección federal del PSOE, y cooperando intensamente con el Gobierno de España.
El Partido Popular de Madrid ha institucionalizado en la vida política madrileña la bronca, la descalificación, el insulto, la corrupción y el espionaje. La Sra. Aguirre y el Sr. Gallardón han sido protagonistas inequívocos de su peculiar “Guerra de los Rose”, y es posible que terminen sus días colgados sobre una lámpara que se precipita al abismo provocando su muerte política instantánea. De no menor calado son los “sainetes” cómicos y dramáticos que la Sr. Aguirre ha provocado en confrontación con el Presidente Nacional del PP, el Sr. Rajoy.
Los socialistas no somos así. Tenemos mucho trabajo que hacer para sacar a España de la crisis económica y generar empleo de calidad. El esfuerzo por llegar a la ciudadanía madrileña para compartir ideas y propuestas ha de ser ímprobo. No podemos perder ni un solo minuto en confrontaciones estériles, que desencantan a nuestra gente, a nuestros votantes.
La generosidad es una cualidad de los socialistas madrileños. En su momento, elegiremos las mejores candidaturas que nos permitan obtener un buen resultado en las elecciones autonómicas y municipales. Entretanto, hay que seguir trabajando con la ambición de llegar a nuestra gente, sin confundirla en los mensajes, desde la unidad, con sosiego.
Leonardo de Vinci dijo aquello de “dove si grida non è vera scienza”, donde se grita no hay verdadero conocimiento. Un par de relativamente malas encuestas, la impaciencia por no verse elegido como candidato, o la mayor o menor empatía con los compañeros de Partido, no deben provocar reacciones políticas en el marco de los órganos de dirección del Partido que dañen a la organización en su conjunto. Los socialistas siempre estamos abiertos a las discusiones públicas sobre las ideas. Cuando el debate trasciende los aspectos ideológicos entramos en el terreno del aullido, del grito, del empobrecimiento del debate político. Que reine la cordura, volvamos al debate, estemos con la ciudadanía.
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