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lunes, 26 de octubre de 2009

El escándalo Gürtel y Caja Madrid

El PP ha convertido Madrid en una comedia de espías y bergantes, un espectáculo que deteriora la imagen de la Política, el Patio de Monipodio de Esperanza Aguirre. La ciudadanía está decepcionada, cargada de razones por la crisis a la que se responde desde el Gobierno Aguirre con corrupción, a pesar de la necesidad de conseguir un clima de confianza para el impulso de la economía. El Gobierno de Esperanza Aguirre nació bajo la sospecha de la corrupción del tamayazo, y desde entonces ha sido un Gobierno de dudosa honorabilidad, instalado en las malas artes y prácticas políticas reveladas por el asunto Gürtel. La Presidenta no puede saldar su responsabilidad política mediante el sospechoso e indecente acuerdo con sus diputados imputados para que abandonen el grupo popular, pero retengan sus escaños, sigan cobrando y permanezcan bajo el paraguas del aforamiento. No, deben entregar sus actas de diputados. La Presidenta ha desviado la atención mediática hacia la Comunidad de Valencia. Sin embargo, los imputados en el proceso son los diputados de Aguirre, acusados de meter la mano en la caja. El nudo gordiano del asunto Gürtel está en Madrid, en la región de Esperanza Aguirre, Ignacio González y López Viejo, que ya trabajaron juntos en sus tiempos de responsables del PP en el Ayuntamiento de Madrid, ella como Concejala de Área de Medio Ambiente, González como su Director de Servicio y López Viejo, vaya casualidad, ejerciendo como su Concejal de Basuras.

López Viejo llegó al Gobierno Aguirre bajo la batuta de su godfather, el Vicepresidente González, del que fue Viceconsejero en Presidencia. Gestionó la agenda de los actos públicos de la Presidenta, honor que retuvo cuando fue Consejero de Deportes. Era su hombre de confianza. La organización de los actos de la Presidenta, fueran de la Consejería que fueran, pasaba por las manos de López Viejo. Los Consejeros del Gobierno regional pagaron astronómicas minutas, fraccionadas para evadir los controles legales, a las empresas de Don Vito, al entramado de Correa. ¿Nadie sospechó la existencia de irregularidades? ¿Ningún Consejero informó a Aguirre sobre las actividades de López Viejo con la trama de Correa? ¿Hay un claro silencio cómplice de los equipos de Gobierno de Aguirre? Sorprende que González, a cuyas órdenes trabajó López Viejo, no se enterase de nada. Es un hombre bien informado de lo que pasa en su casa. Sorprende más que López Viejo, al cesar como Viceconsejero de Presidencia y pasar a Deportes, retuviera la gestión de los actos de la Presidenta. Sin duda, el trabajo de López Viejo era bien valorado por los responsables del Gobierno Aguirre. Estamos contabilizando casi siete años de irregularidades para que hayan pasado desapercibidas. Aguirre y González tienen que explicar las actividades de López Viejo y deben responder a las siguientes preguntas: ¿allegaba López Viejo ilegalmente fondos al PP de Madrid? ¿Era el recaudador del PP? Llueve sobre mojado y algo huele mal en el PP si relacionamos este episodio con el caso Fundescam, que deja en el aire las siguientes preguntas: ¿las donaciones realizadas por algunas empresas a Fundescam sirvieron para el pago de la campaña electoral tras el tamayazo en octubre de 2003? ¿Esa generosidad fue compensada por Aguirre en adjudicaciones públicas a las empresas donantes? ¿Se viene financiando ilegalmente el PP de Madrid desde el año 2003? Las responsabilidades políticas del Gobierno y de los principales artífices de este desaguisado de corrupción, el trío Aguirre, González y López Viejo, no se han resuelto.

La Presidenta quiere remodelar su Gobierno por sus problemas con la corrupción. Pretende disolver su responsabilidad en una “decepción personal” con López Viejo, pero no la vamos a dejar. Quiere ofrecer otra imagen prescindiendo del denostado González y nombrarlo Presidente de Caja Madrid ¿Asistiremos mudos, absortos y de rodillas a los designios de la Presidenta? ¿Quién y qué hay detrás de Aguirre que aspira a controlar un enorme poder financiero estatal? ¿Guardará los ahorros de los ciudadanos González, cuya honorabilidad política ha sido puesta en duda por los socialistas durante dos legislaturas y ha quedado cuestionada por el asunto Gürtel, red a la que presuntamente aprobó pagos? La confianza que debe ofrecer a los mercados la cuarta institución financiera de España exige un alto perfil ético y una elevada capacitación técnico-profesional de las personas que han de gobernar su destino, sean políticos o no. Los socialistas tenemos que explicar claramente nuestro compromiso con un gobierno corporativo profesional y honorable. Nuestra firme labor de oposición no puede quedar en entredicho. Caja Madrid trasciende las fronteras madrileñas y debemos tratarla lejos de enfoques provincianos, más en este momento donde pueden producirse operaciones de concentración empresarial de dimensión nacional y esfuerzos financieros que nos afectan a todos.

César Giner Parreño
Diputado regional PSM/PSOE

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