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jueves, 25 de octubre de 2007

Un nuevo Foro de discusión

Creatividad y Socialismo es el punto de encuentro de todas las personas con inquietudes políticas y sociales. El foro de debate de engloba en un entorno creativo e intelectual.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿La izquierda volátil o la izquierda desencantada?


Leyendo el artículo de César Molinas, con el que matemáticamente estoy de acuerdo, echo en falta un factor, para mí determinante, que es el que hace que algunas elecciones se ganen o se pierdan. Este factor es el carácter crítico del electorado de izquierdas.

Por su propia naturaleza ideológica, la izquierda en conjunto, y sus militantes y simpatizantes en concreto, siempre has sido críticos con las actuaciones y decisiones de sus dirigentes. En ese aspecto, la derecha, también en su conjunto, ha sido proclive a creer, o a querer creer, que las directrices emanadas de sus dirigentes no admiten discusión, entre otras cosas porque había un respaldo superior que garantizaba su solvencia. Solo hay que recordar al “Caudillo, por la gracia de Dios”.

Y esto, que puede sonar a mera anécdota, no lo es tanto cuando repasamos buena parte del ideario derechista, de sus actuaciones y de sus consecuencias, influido de manera importante, y más en los últimos tiempos (parece mentira), por las mas rancias ideas de la cúpula eclesiástica, de las que ahora los dirigentes del PP se intentan desmarcar a última hora, no sea que pasen factura con su electorado menos combativo.

Volviendo a la idea original, y faltos de ese elemento místico, los votantes de izquierdas castigan, con la abstención o con el voto a otro partido (también de izquierdas, todo sea dicho), lo que consideran traiciones a su ideario, o comportamientos inapropiados, o tibieza en las decisiones y actuaciones de los gobernantes en temas que han sido su bandera históricamente.

En el caso del gobierno actual, a veces no se acaba de entender lo que se pudiera tomar por “exceso” de talante ante actuaciones y declaraciones de la oposición, de la Conferencia Episcopal y de sus voceros o de otros elementos “soliviantadores” que surgen o se niegan a desaparecer.

Y es que parece como si la izquierda, desde hace tiempo, cuando llega al poder, se ve aquejada de alguna misteriosa falta de confianza que le hace pensar que todas las medidas que pueda tomar se vayan a considerar como una forma de revanchismo o venganza por pasados agravios históricos, con lo que a veces, no siempre, se desarrollan con menos firmeza de la esperada por sus votantes.

Esta es la sensación que se respira en la calle entre el electorado de izquierdas, y concretamente en el socialista: la sensación de que se ha hecho bastante, y bien, pero se podía haber hecho más.

Y a un gobierno hay que exigirle siempre más. Y si le has votado, mucho más.