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jueves, 8 de mayo de 2008

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA: LA UTILIZACIÓN POLÍTICA DE LA EDUCACIÓN MADRILEÑA POR EL GOBIERNO AGUIRRE.

Por: Mª Mercedes Díaz Massó

Uno de los rasgos más reconocibles del Gobierno Regional es su propensión a situarse permanentemente en la confrontación con el Gobierno del Estado. La educación es uno de los ejemplos más claros de esta política de enfrentamiento y de deslealtad institucional.

La LOE regula una nueva asignatura: la Educación para la Ciudadanía. Una asignatura que pretende que nuestros jóvenes se eduquen en los valores cívicos propios de un sistema democrático y cuyos contenidos son homologables a los que se imparten en la mayoría de los países desarrollados. El Gobierno de Esperanza Aguirre se ha instalado en este tema, como en otros, en la confrontación con el Gobierno de España al anunciar en un primer momento que en la Comunidad de Madrid no se iba a impartir la asignatura (lo que era flagrantemente ilegal), para terminar diciendo que iba a modificar los currículos hasta hacerlos irreconocibles, que es por lo que finalmente va a apostar.

Esperanza Aguirre sabe que Rajoy va a perder las elecciones y que, por tanto, la promesa de eliminar la asignatura es sólo humo. Por eso ha volcado su esfuerzo en alterar los currículos, eliminando de ellos aspectos sustantivos, que además están recogidos en leyes como la Ley Orgánica de Educación o la Ley de Pevención de la violencia de género.

Los contenidos que el Gobierno Regional quiere escamotear a los ciudadanos/as de La Comunidad de Madrid son todos aquellos que tienen que ver con la apuesta por las políticas de igualdad y con la prevención de la violencia de género, así como aquellos otros que apuestan por el diálogo como forma de resolución de conflictos y de erradicación de cualquier forma de violencia.


Resulta paradójico que en una sociedad que sufre la lacra cotidiana de la violencia de género o la desigualdad de las mujeres a la hora de acceder al mercado laboral, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, se permita el lujo de eliminar de la educación de nuestros jóvenes los valores que deben permitir arrumbar al desván de la historia esas prácticas. Resulta llamativo que en una sociedad en la que la violencia se hace visible cada día, a veces en el ámbito escolar, se eliminen de los currículos los contenidos que pueden contribuir a educar a nuestros alumnos y alumnas en el rechazo a la violencia y en el diálogo como mejor forma de solucionar los conflictos.

El P.P. se llena cada día la boca de España y de la unidad del Estado y sin embargo contribuye con sus políticas a la desvertebración y a la ruptura. El caso de la Educación para la Ciudadanía constituye un claro ejemplo. Por un lado, el gobierno del P.P. de Madrid no tiene empacho en privar a los estudiantes de nuestra comunidad del derecho a cursar esta asignatura en condiciones de igualdad con los del resto del Estado. Por otro lado, contribuye a deshomologar la educación madrileña de la del resto de España. Un alumno de Azuqueca de Henares tendrá derecho a recibir unas enseñanzas sobre Educación para la Ciudadanía, que un alumno de Alcalá de Henares, a pocos kilómetros de distancia, no podrá recibir. ¿Quién rompe España? La educación debería ser una Política de Estado, pero el P.P. a convertido la educación madrileña en un campo de batalla político, en el que todo vale para atacar al Gobierno del Estado. Incluso la desobediencia a las leyes, la deslealtad institucional, los derechos de los alumnos o la deshomologación de la educación madrileña respecto al resto de las comunidades autónomas. Y esto sucede porque Esperanza Aguirre ha decidido poner sus intereses personales y partidistas por encima de los intereses de los ciudadanos madrileños.


Mª Mercedes Díaz Massó
Diputada PSM en la Asamblea de Madrid

1 comentario:

Antonio Pulido Ruiz dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con la exposición y análisis que haces.
Quiero ofrecer la sugerencia de celebrar encuentros con las Asociaciones de Padres y Madres de los Centro Públicos. Este colectivo está presente en el Consejo Escolar del Centro y por lo tanto, deben de presentar iniciativas para que dentro del Proyecto Educativo del Centro ¡nunca se eliminen! aspectos sustanciales de la asignatura.
Una buena campaña informativa directa, puede evitar las pretensiones de Esperanza Aguirre.